El retardo de la gratificación
La gratificación retardada o diferida, es la capacidad de resistirse a la tentación de una recompensa inmediata y ser capaces de retrasar esa recompensa. La demora en la gratificación se asocia con resistencia a una recompensa más pequeña pero más inmediata con el fin de que esa recompensa sea mejor, más grande o más duradera.
En la infancia es cuando empieza a desarrollarse el retardo de la gratificación. Es obvio que los pequeños no tienen esta capacidad de esperar y retrasar. Sin embargo, nosotros como padres, maestros o miembros de sus familias, les ayudaremos a desarrollar ese autocontrol.
Los niños que son educados e instruidos con directrices claras, como un “No puedes comer una galleta antes de que te termines tu comida”, desarrollan más autocontrol que aquellos que no las reciben. Los límites y su aplicación constante son clave en el desarrollo del retardo de la gratificación. Y esto, después del proceso de educación se convertirá en un hábito.
En este magnífico documental que adjuntamos a nuestro blog, “Ser feliz es cuestión de voluntad”, del programa Redes de TVE, Eduardo Punset y el psicólogo Walter Mischel, discuten sobre la importancia de esos primeros años en la felicidad futura.