Fomentar la autonomía
La sobreprotección en el crecimiento de nuestros hijos lejos de ayudar, puede causar escasos beneficios.
Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno.
¿Qué pasos seguir para trabajar en ello? ¿Cómo empezar a fomentar su autonomía?
No lo harán perfecto, van a cometer errores, pero nuestros hijos son muy capaces de pensar por sí mismos, afrontar retos, solucionar algún problema con compañeros o amigos, aprender a vestirse solos. Si prueban y fallan, aprenden, y si en vez de fallar aciertan, pues subidón de autoestima. Y es así como se sustituye el miedo por la confianza.
Para que los más pequeños aprendan de las consecuencias de sus propios actos es imprescindible dejarles que lo vivan. Si nuestros hijos deciden que no quieren recoger ese juguete con el que estuvo jugando en el parque, la consecuencia más probable es que lo pierda. Y la próxima vez, si no quiere perderlo, irá a rescatarlo antes de abandonar el lugar para regresar a casa.
Como padres siempre tendemos a rescatar a nuestros hijos de los problemas lo más rápido posible, y así no les educamos a pensar en soluciones. Si a la hora de tomar decisiones preguntamos a los niños si se le ocurre algo para poder solucionar el problema, lo que vamos a conseguir, además de solucionar conjuntamente, es que ellos aprendan y se sientan más capaces y protagonistas.
¿Crees que tus niños pueden hacer su bolsa de deporte? ¿Sus maletas de fin de semana para pasar con algún amiguito? Estas pensando que sí, ¿verdad? Entonces, vamos a animarlos desde bien pequeños a que realicen estas tareas por sí mismos con nuestra supervisión.
Y por último…
¡Nuestros hijos son muy capaces de llevar su mochila a la salida del cole!
