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Gestionar rabietas infantiles

Rabietas en niños pequeños

Las rabietas en niños pequeños son una parte normal de su desarrollo y una forma de expresar sus emociones. Gestionarlas de manera efectiva puede ayudar a reducir su frecuencia y severidad, y enseñar a los niños a manejar sus emociones.

 

Aquí tenéis algunas estrategias para gestionar esas rabietas

 

1. Mantener la calma

Los niños aprenden de sus padres. Si mantenéis la calma, ellos aprenderán a hacerlo también. Tomaos un momento para respirar y centraros antes de responder a la rabieta.

 

2. Identificar la causa

Hay que averiguar qué provocó la rabieta. Puede ser hambre, cansancio, frustración o la necesidad de atención. Si conocéis los desencadenantes, podéis anticiparos y evitar algunas rabietas.

 

3. Mantener un entorno seguro

Aseguraos de que el niño esté en un lugar donde no pueda hacerse daño durante la rabieta. Vigilad al niño de cerca, pero sin sobre reaccionar.

 

4. Validar sus emociones

Reconocer sus sentimientos. Podéis decir algo como “Entiendo que estás frustrado porque no puedes tener ese juguete”

Además, no debemos criticar sus emociones.

 

5. Ofrecer opciones

Darle al niño opciones puede ayudar a reducir la frustración. Por ejemplo, “¿Quieres ponerte la camiseta azul o la roja?”

Las opciones le dan al niño una sensación de control sobre la situación.

 

6. Distracción y redirección

A veces, cambiar el tema o la actividad puede calmar al niño. Ofrecerle un juguete nuevo o iniciar un juego puede ayudar.

 

7. Tiempo fuera

Crear un espacio tranquilo donde el niño pueda calmarse. No debe ser un castigo, sino un lugar para relajarse.

Mantener el tiempo fuera breve y adecuado para la edad del niño (generalmente, un minuto por año de edad).

 

8. Refuerza el comportamiento positivo

Elogiar y recompensar el buen comportamiento. Esto puede motivar al niño a comportarse de manera adecuada.

 

9. Comunicación

Enseñarle al niño a usar palabras para expresar sus emociones. Ejemplo, “Cuando estás enfadado, dímelo en lugar de gritar.”

Practicar con el niño cómo reaccionar en situaciones que normalmente desencadenan rabietas.

 

10. Establece rutinas y límites

Mantener rutinas regulares para comidas, siestas y tiempo de juego. La previsibilidad puede reducir la ansiedad.

Establecer y mantener límites claros y consistentes para el comportamiento.

 

11. Cuidar de nosotros mismos

Manejar rabietas puede ser agotador. Aseguraos de cuidar vuestro bienestar emocional y físico.

Hablar con otros padres, familiares o profesionales para obtener apoyo y consejos.

 

12. Educación y paciencia

Aprender a manejar las emociones lleva tiempo. Sé paciente y comprensivo durante el proceso.

Considera leer libros o asistir a talleres sobre manejo de rabietas y desarrollo infantil.

 

 

Seguramente con esto, podamos ayudar a nuestros hijos a desarrollar habilidades emocionales saludables y a gestionar sus rabietas de manera más efectiva.