Responsabilidad en edades infantiles
Una persona que se caracteriza por su responsabilidad es aquella que tiene la virtud no sólo de tomar una serie de decisiones de manera consciente sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.
Nosotros como padres y maestros debemos ejercer y administrar una enseñanza de responsabilidad para que nuestros hijos puedan aprenderla. La finalidad de enseñarles, es prepararlos para que tomen sus decisiones personales y libres asumiendo las consecuencias de ellas. Tenemos que ayudar a los niños a asumir sus errores, a rectificar si fuese preciso, y a que cumplan con sus compromisos y obligaciones.
Los padres vamos a explicarles cómo se hace y después seremos constantes. Inculcar responsabilidad al niño a través de sus pertenencias. En un principio, sus juguetes son sus posesiones más preciadas y precisamente con ellos debe iniciarse el acto de la responsabilidad Si hoy les enseñamos a recogerlo, a cuidarlo o limpiarlo, mañana no vamos a hacerlo nosotros. No valen las prisas, no valen los nervios…Vamos a facilitarles el trabajo permitiéndoles que cometan errores, porque equivocándose y dándose cuenta de ello, es la mejor forma de aprender. Valoraremos todos sus logros porque esto va a animarles a continuar.
Progresión de las responsabilidades
De 0 a 3 años, la alimentación, el sueño, el cambio de pañales o control de esfínteres, la adquisición de hábitos, aprender a andar, a hablar, la relación con los adulto, etc…
De dos a cuatro años, ya pueden empezar a colaborar en tareas como recoger su ropita, sus juguetes, vestirse y desvestirse, ayudarnos a poner alguna cosa en la mesa, ocuparse de su bolsa de la escuela, regar plantas, alimentar a sus mascotas…
A los cinco-seis, van a tener la capacidad de realizar tareas más arriesgadas, que por supuesto van a realizar siempre bajo la supervisión de un adulto. Hacer su camita los fines de semana, ayudarnos con las lista de la compra, participar en la elaboración de las comidas, ducharse solos.
Y así progresivamente hasta la adolescencia, que será cuando empiecen a tener consciencia moral que les permitirá reflexionar sobre sus propios actos, y para ello es necesario haber cultivado ese sentido de la responsabilidad. Cuando sean responsables en sus cosas, aprenderán a implicarse en las que son de todos.
“La responsabilidad es uno de los valores y pilares mas fuertes del éxito”.